La congelación mantiene la comida segura, pero congelar un alimento dos veces afecta su calidad. Las células se expanden y estallan, disminuyendo el sabor y la textura. Además, las bacterias crecen rápidamente a temperaturas superiores a 5°C. Si la carne se descongela correctamente en la nevera o se cocina a altas temperaturas, se puede volver a congelar.
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