El inicio de la temporada de huracanes en el Atlántico está cerca, y se espera que sea una de las más activas. Los estados de la costa del Golfo, desde Texas hasta Florida, enfrentan un riesgo elevado de inundaciones debido a suelos saturados por lluvias recientes. Según Barry Keim, climatólogo de la Universidad Estatal de Luisiana, el suelo ya no puede absorber más agua, lo que aumenta el riesgo de inundaciones.
La actividad tropical es crucial en esta región, ya que hasta el 25% de las precipitaciones anuales provienen de sistemas tropicales. Con el cambio climático, las lluvias torrenciales son cada vez más comunes, lo que agrava el problema. El Centro Nacional de Huracanes pronostica una temporada hiperactiva, impulsada por La Niña y aguas oceánicas cálidas. Se esperan entre 17 y 25 tormentas con nombre, de las cuales 8 a 13 podrían convertirse en huracanes, y 4 a 7 alcanzarían la categoría 3 o más fuerte.
El fenómeno de La Niña y el calor extremo del océano son factores clave que podrían hacer que esta temporada sea extraordinaria. La Niña favorece la formación de tormentas al reducir los vientos hostiles en los niveles superiores. Además, el calor del océano actúa como combustible para las tormentas, facilitando su formación y fortalecimiento. La rápida intensificación de las tormentas es cada vez más probable debido al calentamiento global.
Imagen: CNN