Los diamantes naturales se forman en el manto terrestre bajo presiones y temperaturas extremas. Estos diamantes son expulsados a la superficie mediante erupciones volcánicas y se extraen en países como Rusia y el Congo. Sin embargo, los diamantes sintéticos se crean en laboratorios mediante métodos como HPHT (High Pressure-High Temperature), que requiere una semilla de diamante, un entorno rico en carbono y un líquido metálico. Este proceso es lento y consume mucha energía.
Recientemente, investigadores del Centro de Materiales Multidimensionales de Carbono (CNCM) en Corea del Sur han desarrollado una técnica revolucionaria para cultivar diamantes en solo 15 minutos y a presión atmosférica normal. Utilizando una aleación de metal líquido compuesta por galio, hierro, níquel y silicio, y exponiéndola a una mezcla de metano e hidrógeno a 1.025 grados, han logrado producir diamantes extremadamente puros sin necesidad de alta presión ni una semilla.
Este avance podría tener aplicaciones en la fabricación de herramientas de lijado o excavación, aunque no es adecuado para la producción de joyería. La técnica rompe el paradigma existente y abre nuevas posibilidades en la síntesis de diamantes.
Imagen: Bas van den Eijkhof