Noruega se ha convertido en un paraíso para los coches eléctricos, con más del 80% de las ventas de vehículos siendo eléctricos. Sin embargo, este éxito ha llevado a un agujero de más de 1.800 millones de euros en las arcas del estado debido a las exenciones fiscales. Para contrarrestar esto, Noruega ha implementado medidas como el cobro de IVA y un impuesto basado en el peso de los vehículos eléctricos. A pesar de estas medidas, los coches eléctricos siguen siendo los más vendidos en el país. Sin embargo, queda por ver si las ventas se mantendrán o caerán en línea con el resto de Europa.