Un concesionario alemán se enfrenta a Volkswagen, ya que la marca quiere destruir 22 coches que el concesionario intenta vender en suelo alemán. Los vehículos en cuestión son el Volkswagen ID.6, un SUV eléctrico destinado originalmente al mercado chino. El concesionario asegura haber cumplido con todas las obligaciones legales, pero Volkswagen argumenta que los vehículos no cumplen con las especificaciones y exigencias del mercado europeo. La marca defiende su postura y ha obtenido una medida cautelar que suspende la venta y amenaza con la destrucción de los coches. Volkswagen busca controlar la distribución de sus vehículos y evitar que se vendan en mercados para los que no han sido diseñados. Además, los acuerdos comerciales entre compañías automovilísticas pueden limitar la venta de modelos específicos en determinados mercados. El concesionario se enfrenta a pérdidas económicas significativas debido al almacenamiento y posible destrucción de los vehículos. Volkswagen argumenta que el concesionario está infringiendo las leyes de marcas y busca evitar que se lucren con la venta de sus productos. Esta disputa destaca la importancia de la distribución controlada y la protección de la imagen de marca en la industria automotriz.