La historia del Duke of Lancaster es una fascinante aventura marina que involucra barcos, cazadores de tesoros y un tesoro único: más de 50 máquinas recreativas arcade. En 2009, un grupo de exploradores aficionados visitó un viejo ferry varado en Gales y descubrió las máquinas arcade en su interior. Oliver Moazzezi, un coleccionista de videojuegos, se embarcó en una misión para encontrar al dueño del barco y finalmente logró contactar con ellos después de ocho meses de búsqueda. En enero de 2011, Moazzezi y sus colegas se adentraron en el barco y descubrieron decenas de máquinas recreativas anteriores a 1983, todas en buen estado de conservación. Sin embargo, la historia no tuvo un final feliz de inmediato. El equipo tuvo que lidiar con robos, lluvia y condiciones exigentes impuestas por el propietario del barco. A pesar de los desafíos, lograron rescatar más de medio centenar de juegos y restaurar algunos que no funcionaban. La historia del Duke of Lancaster plantea la pregunta de por qué había tantas máquinas arcade en un barco abandonado. Resulta que el barco, originalmente un ferry, fue convertido en una instalación de ocio llamada The Fun Ship, que incluía un salón con máquinas recreativas. Sin embargo, el barco cerró debido a problemas legales y las máquinas quedaron olvidadas en su interior. Esta historia es un testimonio de la perseverancia y la pasión de los coleccionistas de videojuegos, que lograron rescatar un tesoro único de un barco olvidado durante décadas.