La Fórmula 1 planea un cambio radical en su estrategia para 2030, alejándose del enfoque exclusivo en los coches eléctricos. Stefano Domenicali, CEO de la Fórmula 1, propone la utilización de combustible sintético y la recuperación de los motores V8 de gasolina.
La normativa que entrará en vigor en 2026 exigirá una mayor presencia de componentes eléctricos en los F1, pero también permitirá el uso de combustible sintético. Esto permitirá recuperar los motores V8 de gasolina, que han sido reemplazados por motores más pequeños y eficientes en los últimos años.
Desde 2014, todos los motores de Fórmula 1 son híbridos, utilizando un sistema ERS que recupera energía del calor de los frenos y de los gases de la combustión. Sin embargo, a partir de 2026, se busca simplificar los motores y dar mayor protagonismo a la parte eléctrica.
El punto clave de este cambio es que tanto la Fórmula 1 como MotoGP utilizarán combustible 100% sintético a partir de 2026. Esto plantea la posibilidad de prescindir de la hibridación, ya que el combustible sintético reduce las emisiones y ofrece una alternativa para los vehículos de gasolina.
El Parlamento Europeo votó a favor de prohibir la venta de vehículos con motores de combustión a partir de 2035, pero se introdujo una excepción para los motores que puedan funcionar con combustibles sintéticos. España, con compañías como Repsol produciendo sintético en Bilbao, está apostando por esta solución.
En resumen, la Fórmula 1 planea utilizar combustible sintético y recuperar los motores V8 de gasolina a partir de 2026. Esto permitirá reducir las emisiones y ofrecer una alternativa para los vehículos de gasolina en un momento en el que se busca la electrificación en la industria automotriz.
Imagen: FIA y Zbynek Burival