El Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS) es una enfermedad que afecta a más del 25% de la población. Se caracteriza por episodios repetidos de pausas respiratorias durante el sueño, conocidas como apneas, que suelen durar más de 10 segundos. La causa principal de estas obstrucciones es el colapso de las paredes de la vía aérea superior, lo que provoca una falta de oxígeno en los pulmones y el cerebro.
El profesor Federico Hernández Alfaro, cirujano maxilofacial, explica que esta condición no solo afecta el descanso nocturno, sino que también impacta la actividad diaria, generando somnolencia y fatiga crónica. Además, la apnea del sueño puede llevar a complicaciones graves como hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares y un mayor riesgo de accidentes.
Para detectar la apnea del sueño, es fundamental monitorizar síntomas como ronquidos irregulares y cansancio durante el día. El diagnóstico se realiza a través de una prueba llamada polisomnografía, que evalúa diversas variables durante el sueño.
En cuanto a los tratamientos, existen cuatro niveles de actuación: pérdida de peso, uso de dispositivos CPAP, férulas de avance mandibular y cirugía ortognática. La pérdida de peso es recomendada para todos los pacientes con sobrepeso, mientras que la cirugía ortognática se considera el único tratamiento potencialmente curativo para casos moderados a graves, especialmente en pacientes con deformidades dentofaciales.
Es importante que los hombres, las personas mayores y aquellos con sobrepeso estén especialmente alertas a los síntomas de esta enfermedad, ya que son los grupos más afectados. Para casos leves, se pueden utilizar dispositivos bucales, aunque su uso prolongado puede causar problemas en la mordida y en la articulación temporomandibular.
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