Rusia ha realizado grandes inversiones y fortalecido su presencia militar en el Ártico, con el objetivo de desarrollar una ruta marítima en el norte que enlace a Asia y Europa. La agencia nuclear rusa Rosatom presentó recientemente sus dos nuevos reactores RITM-200 que alimentarán al futuro barco rompehielos Chukotka. La necesidad de expandir estas ambiciones en el Ártico ha aumentado debido a las sanciones occidentales contra Rusia por su ofensiva en Ucrania. Moscú quiere reorientar sus hidrocarburos sancionados a Asia a través de la ruta del mar del Norte. A pesar de los desafíos logísticos, Rusia espera enviar más de 190 millones de toneladas de carga por esta ruta en 2030. Además, Rusia ha fortalecido su presencia militar en la región del Ártico al reabrir y modernizar varias bases y pistas aéreas abandonadas desde la era soviética. La creciente competencia y militarización en la región del Ártico, especialmente por parte de Rusia y China, es motivo de preocupación para la OTAN.
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