En Lopburi, una ciudad tailandesa conocida por su gran población de monos, se ha desatado una «guerra» contra estos animales. Los macacos cangrejeros, que solían ser un atractivo turístico, se han convertido en una plaga que afecta la economía local. Las autoridades han lanzado un programa para capturar a los monos utilizando frutas y jaulas, con el objetivo de reducir su número y trasladarlos a recintos. La situación ha llegado a tal extremo que los monos se cuelan en locales comerciales, causan desperfectos y disuaden a los clientes, lo que ha llevado a algunos negocios a cerrar o bajar sus alquileres.
El problema no es nuevo; la ciudad ha intentado controlar la población de monos con campañas de esterilización, pero la falta de financiación ha impedido su continuidad. Ahora, las autoridades buscan una solución más drástica para equilibrar la convivencia entre humanos y monos. La iniciativa incluye capturar a unos 2.500 monos y trasladarlos, dejando solo un número limitado en la ciudad para mantener su atractivo turístico.
El objetivo es lograr una convivencia pacífica sin dañar a los monos ni a los humanos. Las autoridades esperan que este plan ayude a recuperar el control de la ciudad y revitalizar su economía, afectada por la invasión de los macacos. La situación en Lopburi es un claro ejemplo de cómo un atractivo turístico puede convertirse en un problema si no se gestiona adecuadamente.
Imagen: Jbarcena (Flickr), Hugo van den Bos (Flickr) y Sébastien (Flickr)
