La tendencia en la industria automotriz es reducir la cilindrada de los motores para reducir emisiones, pero en el mundo de las motos ocurre todo lo contrario. Mientras los coches apuestan por motores cada vez más pequeños, las motos están optando por motores más grandes y potentes. Por ejemplo, BMW ha renovado su familia estrella, la GS, con modelos de 1.300 y 900 cc, mientras que KTM ha presentado la Duke 1390, una moto con casi 1.400 cc. Incluso en segmentos más humildes, como Honda, han revitalizado su mítica Hornet de 600 cc convirtiéndola en una naked de 750 cc. Esta práctica contrasta con la reducción de tamaño de motores en la industria automotriz. Sin embargo, esta tendencia en las motos se debe a que las etiquetas de emisiones no distinguen entre cilindradas, por lo que tanto una moto de 125 cc como una de 1300 cc tienen la misma etiqueta C. Esto permite a los fabricantes seguir desarrollando motores más grandes sin restricciones. Aunque esta situación puede parecer absurda, no cambiará hasta que lleguen las primeras motos híbridas. Mientras tanto, los amantes de las motos pueden disfrutar de motores cada vez más potentes y grandes.