La Unión Europea se encuentra en un proceso decisivo para imponer aranceles definitivos a los coches eléctricos provenientes de China. Recientemente, los Estados miembros han dado su aprobación a la Comisión Europea para continuar con esta iniciativa. Aunque la decisión final no se espera hasta dentro de unas semanas, la votación de hoy, con 10 votos a favor, 5 en contra y 12 abstenciones, marca un avance significativo en la hoja de ruta establecida.
El objetivo de estos aranceles es equilibrar la balanza frente a los subsidios que el Estado chino otorga a sus fabricantes. Se prevé que los aranceles puedan alcanzar hasta un 35% para los vehículos eléctricos importados desde China. Esta medida busca proteger la industria automotriz europea, que se ha visto afectada por la competencia desleal.
A pesar de que la mayoría de los países apoyan esta medida, algunos, como España y Alemania, han adoptado posturas más cautelosas. España, que inicialmente respaldó la propuesta, decidió abstenerse en la votación, mientras que Alemania votó en contra debido a la presión de sus fabricantes, que dependen en gran medida del mercado chino.
La situación es compleja, ya que la abstención de España y el voto en contra de Alemania podrían complicar las negociaciones futuras con China. Además, Pekín ha comenzado a investigar los subsidios del cerdo español, lo que podría afectar las exportaciones de este producto clave para la economía española.
La aprobación de hoy es un paso necesario para implementar los nuevos aranceles, aunque aún queda un último trámite por cumplir. La incertidumbre persiste sobre cómo reaccionará China ante estas medidas y si se alcanzará un acuerdo que permita reducir los aranceles. La Comisión Europea tiene como plazo hasta el 30 de octubre para publicar la nueva regulación en el Diario Oficial de la UE.
Imagen: Parlamento Europeo
