Europa se ha marcado como meta a medio plazo producir el 20% de los circuitos integrados del mercado mundial en 2030. La Ley Europea de Chips movilizará 43.000 millones de euros entre inversión pública y privada para lograrlo. Además, en junio de 2023, la Comisión Europea aprobó el proyecto IPCEI ME/CT, que involucra a catorce países europeos, incluyendo España, y que movilizará 8.100 millones de euros en financiación pública para fomentar la investigación y el desarrollo en semiconductores.
A pesar de estos esfuerzos, la relevancia de Europa en la industria de los semiconductores difícilmente alcanzará a la de EEUU y Asia a medio plazo. El programa ‘Chips and Science Act’ de la Administración estadounidense, aprobado en julio de 2022, cuenta con 52.000 millones de dólares destinados a la industria de circuitos integrados, y ya está mostrando resultados. El tejido industrial estadounidense, respaldado por gigantes como NVIDIA, Intel y Apple, es mucho más robusto que el europeo.
En Asia, la competencia es abrumadora, con el 90% de los chips de memoria y el 75% de los microprocesadores fabricados en este continente. Taiwán destaca al producir el 90% de los chips de alta integración y el 41% de los microprocesadores globales.
El ministro de Economía de Países Bajos, Dirk Beljaarts, ha propuesto crear una coalición europea para desarrollar la industria de semiconductores en Europa. Este plan busca ir más allá de la actual Ley Europea de Chips, ya que se considera insuficiente para competir con China y EEUU. Beljaarts ha enfatizado la necesidad de que Europa se coloque al nivel de estos competidores.
La razón detrás de esta iniciativa es el papel crucial de ASML, la compañía neerlandesa que fabrica los equipos de fotolitografía más avanzados. Beljaarts ha declarado que su Gobierno quiere facilitar que otros países de la Unión Europea tengan plantas de producción y ensamblaje de circuitos integrados. Esto es fundamental para fortalecer la posición de Europa en el mercado global.
Imagen: ASML