Los mercados han mostrado signos de estabilización tras el desplome global de las acciones, pero surge una nueva preocupación: el yuan chino. El lunes, el índice Nikkei experimentó su peor caída desde 1987, cayendo hasta un 13%. Este desplome se debió en parte a la liquidación de operaciones de carry trade con yenes japoneses.
La estrategia de carry trade implica pedir prestado a tasas de interés bajas en Japón para invertir en activos de mayor rendimiento. Sin embargo, la reciente subida de tipos del Banco de Japón obligó a muchos inversores a liquidar sus posiciones, lo que provocó la caída del mercado global. Ahora, los analistas temen que el yuan pueda ser el siguiente en sufrir un impacto similar.
China se encuentra en un entorno de tipos de interés bajos, lo que ha llevado a los exportadores a retener ingresos en dólares. Con la Reserva Federal de EE. UU. preparándose para recortar tipos, se anticipan grandes movimientos en los mercados. Actualmente, el dólar se cotiza alrededor de 7,17 yuanes, tras caer por debajo de 7,1 el lunes.
A pesar de las preocupaciones, algunos analistas creen que las consecuencias del carry trade del yuan no serán tan severas como las del yen. El yuan enfrenta problemas diferentes, como factores económicos y tensiones geopolíticas. China está en una transición económica, moviéndose hacia industrias de alto valor, pero enfrenta desafíos como aranceles elevados de EE. UU. y la UE.
Los analistas de Goldman Sachs advierten que la debilidad de los fundamentos del crecimiento chino limitará cualquier repunte del yuan. Además, el riesgo principal para el yuan es la depreciación, no la apreciación. Un desplome del yuan podría generar aversión al riesgo en los mercados globales.
En resumen, aunque el yuan chino presenta riesgos, su situación es diferente a la del yen japonés. La economía china aún lucha por recuperarse de las restricciones pandémicas, lo que sugiere que el Banco Popular de China podría necesitar seguir recortando tipos.
Imagen: Business Insider