La emoción es la mejor aliada de un director y de todo el equipo responsable de una película. No solo es esencial para resonar con el público, sino que también ayuda a disimular errores involuntarios, como fallos de raccord o soluciones técnicas menos depuradas. Un ejemplo de esto se encuentra en uno de los momentos más intensos de ‘Vengadores: Infinity War’.
Después de que Thanos chasquea los dedos con el Guantelete del Infinito, Peter Parker comienza a desaparecer en ceniza. Tony Stark intenta reconfortarlo, colocando una mano sobre su torso. Este momento, aunque breve, supuso un reto considerable para los responsables de VFX. La mano de Robert Downey Jr. sobre el cuerpo de Tom Holland necesitaba ser eliminada para facilitar la evaporación de Peter.
La solución fue convertir la mano en una imagen estática y hacerla salir del cuadro con un movimiento artificial y robótico. Este detalle ha pasado desapercibido gracias a la emoción del momento y a la relación de aspecto de las proyecciones en cines. En la versión IMAX, con una relación de aspecto de 1.90:1, se puede ver hasta la muñeca, haciendo más evidente el arreglo.
Este es un ejemplo de cómo una buena narrativa, construcción de personajes e interpretaciones pueden enmascarar elementos disonantes. La emoción y la magia del cine permiten que estos detalles queden ocultos, dejando en segundo plano cualquier error técnico.
Imagen: Espinof