El Reino Unido ha dado un paso inesperado al permitir que los jueces utilicen ChatGPT y otras herramientas de IA para auxiliarles en la redacción de resoluciones legales y tareas burocráticas relacionadas con la justicia. Aunque la guía advierte sobre los riesgos potenciales de usar la IA en el sistema judicial, destaca la utilidad de ChatGPT para resumir teorías legales y copiarlas en una resolución oficial. Sin embargo, se recomienda a los jueces verificar la exactitud de las respuestas generadas por la IA antes de tomar decisiones que puedan afectar a las personas involucradas. Además, se señala la preocupación por la privacidad, instando a los jueces a tratar cualquier información ingresada en la interfaz de un chatbot como si fuera pública. A diferencia de Estados Unidos, donde un experimento similar fue detenido debido a una demanda por intrusismo profesional, el Reino Unido muestra una actitud más abierta a experimentar con la IA en el ámbito legal. Sin embargo, se destaca la importancia de que los jueces verifiquen personalmente las respuestas generadas por la IA y no confíen únicamente en ellas. La implementación de la IA en el sistema judicial plantea un debate sobre los riesgos y beneficios que conlleva. Aunque la IA puede agilizar y mejorar la eficiencia de las tareas burocráticas, existe el riesgo de que las respuestas generadas sean inexactas, incompletas, engañosas o sesgadas. A pesar de los desafíos, el Reino Unido ha dado un paso adelante en la incorporación de la IA en el ámbito legal, lo que podría tener implicaciones significativas para el futuro de la justicia.