El hormigón es la segunda sustancia más consumida en la Tierra, pero su producción emite una gran cantidad de CO2, lo que contribuye al cambio climático. Aunque es un material accesible, resistente y barato, es necesario encontrar alternativas sostenibles. Reutilizar y rehabilitar estructuras de hormigón, así como apostar por técnicas constructivas alternativas, son medidas a tomar. Sin embargo, el problema del cemento sigue siendo elusivo y se requiere más investigación. Es importante tomar conciencia de este problema y reconocer que el hormigón es una adicción civilizatoria que debe ser abordada. El futuro del hormigón depende de encontrar soluciones sostenibles y reducir su impacto ambiental.