Las plantaciones de marihuana en España no solo representan un desafío para la policía, sino también para las compañías eléctricas. Endesa ha revelado que, en la primera mitad de 2024, desconectó 1.260 enganches ilegales de electricidad utilizados para alimentar cultivos de cannabis. Esto equivale a un promedio de siete desconexiones diarias, un 14% más que el año anterior.
En Cataluña, se registraron 425 conexiones ilegales, lo que indica una frecuencia alarmante de aproximadamente 16 desconexiones semanales. Endesa advierte que este fenómeno no solo afecta la seguridad de los vecinos, sino que también compromete la calidad del suministro eléctrico en áreas con alta concentración de fraude.
Los datos son preocupantes: las plantaciones ilegales consumieron 141 millones de KWh en solo seis meses, suficiente para abastecer a casi 40.300 hogares. Este consumo representa alrededor del 35% de toda la energía defraudada por la compañía. Sin embargo, se estima que el total de energía consumida por todas las plantaciones de cannabis en España asciende a 2,2 TWh, equivalente a la demanda anual de Sevilla.
La alta demanda de energía se debe a la instalación de sistemas de iluminación y ventilación en los cultivos, que operan las 24 horas del día. Endesa también destaca los riesgos asociados, como incendios en líneas subterráneas y centros de transformación, así como en los edificios que albergan estos cultivos.
Los técnicos de Endesa enfrentan un riesgo físico considerable, ya que muchas instalaciones ilegales están controladas por organizaciones criminales. En los últimos tres años, los empleados de la compañía han sufrido un centenar de casos de violencia física y verbal al intentar desmantelar fraudes. En total, Endesa ha realizado alrededor de 200.000 inspecciones en lo que va del año, detectando más de 32.300 casos de fraude eléctrico, un aumento del 40% en comparación con el año anterior.