La corriente atlántica, también conocida como AMOC, está mostrando signos de declive, lo que ha generado preocupación entre los expertos. Sin embargo, debemos ser cautelosos con las previsiones, ya que se basan en modelos que simplifican un sistema extremadamente complejo. La AMOC es parte de la circulación termohalina y tiene un impacto en el clima europeo. Su posible desaparición traería inviernos más inestables. La clave del futuro de la AMOC está en la salinidad, ya que el derretimiento del hielo ártico aportaría agua salada al océano septentrional. Sin embargo, el cambio climático también está calentando el agua, lo que hace que retenga más sal. Aunque la mezcla con el agua dulce del hielo podría reducir la salinidad, es dudoso que sea suficiente para provocar el colapso de la AMOC. Los sistemas complejos y las interacciones no lineales hacen difícil predecir el futuro de la corriente atlántica. Es importante ser cautelosos al realizar predicciones sobre el clima y tener en cuenta el grado de certeza de las mismas. Aún queda mucho por estudiar y nuevos trabajos serán necesarios para afinar predicciones y reducir incertidumbres.
Imagen: ESA