El dólar estadounidense está experimentando su peor desempeño mensual en un año, con una caída del 3,7% frente a una cesta de seis monedas principales. Esto es beneficioso para los países que dependen de las importaciones de materias primas y para aquellos que tienen deudas denominadas en dólares. Sin embargo, los consumidores y las empresas estadounidenses podrían enfrentar precios más altos en los bienes importados. La desaceleración de la economía estadounidense ha llevado a los inversores a creer que la Reserva Federal recortará las tasas de interés, lo que debilitará aún más el dólar. Aunque algunos expertos creen que el dólar podría revertir su curso más adelante en el año, sigue siendo considerado como una moneda de refugio seguro en tiempos turbulentos. Los países que dependen de las importaciones de materias primas se benefician de un dólar más débil, ya que pagan menos por productos esenciales como el petróleo crudo. Los exportadores estadounidenses también se benefician al volverse más competitivos en el extranjero. Sin embargo, los consumidores estadounidenses pueden esperar pagar más por bienes importados y enfrentar una inflación más alta. A pesar de esto, un dólar más débil ofrece mejores oportunidades de inversión fuera de Estados Unidos y hace que el servicio de las deudas denominadas en dólares sea menos costoso para las economías emergentes.
