El Dilema de Blaine Raddon con su Tesla Cybertruck
Blaine Raddon, residente de Salt Lake City, enfrenta un serio problema con su nuevo Tesla Cybertruck. El vehículo no cabe en la plaza de aparcamiento de su apartamento. Tras mudarse debido a su separación, lo que parecía un problema logístico se ha convertido en una pesadilla legal debido a las restrictivas condiciones de venta de Tesla.
Restricciones de Venta de Tesla
El caso de Raddon pone de manifiesto las cláusulas draconianas que Tesla ha impuesto a los compradores de su Cybertruck. Estas cláusulas impiden revender el coche durante el primer año bajo amenaza de multas y veto permanente como compradores. Esta situación refleja la falta de flexibilidad de la empresa ante circunstancias sobrevenidas.
Un Cambio de Circunstancias
Cuando Blaine reservó el Cybertruck, vivía en una casa con garaje. Al divorciarse, se mudó a un apartamento con una plaza de aparcamiento mucho más estrecha. El enorme coche, de seis metros de largo y casi dos y medio de ancho, no cabía en la plaza de su nuevo hogar.
Intento de Devolución
Raddon pidió al concesionario devolver el pickup, alegando que no se ajustaba a sus nuevas circunstancias. La respuesta que obtuvo fue un recordatorio del contrato que firmó: si lo vende antes del primer año, tiene que pagar una multa de 50.000 dólares y no podrá volver a comprar un Tesla nuevo.
Cláusulas de Reventa
El acuerdo de compra del Cybertruck incluye una cláusula específica que veta la reventa del coche durante el primer año desde la entrega. Tesla solo contempla excepciones por «circunstancias imprevistas» a evaluar caso a caso. La empresa podría entonces recomprar el coche, pero aplicando deducciones. Si el propietario lo vende sin permiso, Tesla le demandaría por 50.000 dólares o el precio de venta final si fuera mayor, además del mencionado veto.
Prevención de la Especulación
La medida de Tesla está orientada a prevenir la especulación ante un coche mucho más demandado de lo que la empresa es capaz de producir en esta primera fase en el mercado. Pero se juega su reputación ante un caso que llama a la empatía. A juicio de cada uno queda pensar hasta qué punto es razonable forzar a un comprador a quedarse con un coche que no se ajusta a sus necesidades vitales sobrevenidas, o si lo único que hace Tesla es hacer cumplir sus reglas para todos por igual.
Imagen: Tesla