El CSIC se ha propuesto desarrollar una energía solar cuántica capaz de autorregular su temperatura. Para lograrlo, están trabajando en nanodispositivos inspirados en la naturaleza que absorben y transportan energía de manera eficiente. El proyecto, llamado Adaptation, busca imitar los procesos de la fotosíntesis y generar nuevos materiales que puedan enfriarse por sí mismos sin perder eficiencia. Estos nanodispositivos flexibles podrían aplicarse como una pintura sobre coches o casas, proporcionando energía y controlando la temperatura. Además, esta tecnología podría tener aplicaciones más allá de la gestión energética, como el transporte de información de manera sostenible. El CSIC ha recibido 3,6 millones de euros de financiación de la UE para este proyecto.
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