El incremento de las hipotecas en España ha llevado a muchas familias a considerar la opción de la permuta de viviendas como una alternativa inmobiliaria. Este modelo de contrato inmobiliario consiste en intercambiar propiedades de valor similar en lugar de realizar un pago en efectivo. Según los datos del INE, en la primera mitad de año se realizaron 851 permutas de viviendas en España, un 3,5% más que en el mismo periodo del año anterior. Esta práctica se ha vuelto más popular debido a la caída de las compraventas de inmuebles residenciales. Para llevar a cabo una permuta, es necesario realizar una valoración oficial de la vivienda, ponerla en el mercado y encontrar una propiedad acorde a las necesidades. Aunque es difícil que ambas propiedades tengan el mismo valor, se puede llegar a un acuerdo en el que la parte cuya vivienda es más económica pague la diferencia. Es importante tener en cuenta que se deben pagar impuestos y gastos correspondientes a cada propiedad. Las ventajas de la permuta de viviendas incluyen la posibilidad de cambiar de vivienda sin hacer un desembolso económico importante y sin depender de financiación hipotecaria. Además, estos inmuebles suelen ser más baratos y los impuestos y gastos asociados también son inferiores. Incluso en el caso de viviendas hipotecadas, se puede llevar a cabo una permuta con el consentimiento de la entidad financiera. Esta práctica ha ganado terreno en momentos de crisis económica, como se vio en 2007 y 2008, cuando se permutaban más de 10.000 viviendas al año en España. En resumen, la permuta de viviendas se ha convertido en una opción atractiva para aquellos que buscan cambiar de vivienda sin incurrir en grandes gastos y sin depender de financiación hipotecaria.