La demanda de viajes en tren de alta velocidad está en auge en Europa, pero la oferta no puede mantenerse al día. Los trenes están llenos y los precios son altos, lo que obliga a los viajeros a utilizar medios de transporte menos sostenibles. Sin embargo, la competencia está en camino. La startup Heuro planea competir directamente con Eurostar en las rutas Ámsterdam-París/Londres a partir de 2028, ofreciendo más opciones y tarifas más bajas. Otras startups, como Evolyn y una posible vuelta de Virgin al sector ferroviario, también están desafiando a Eurostar. La competencia en Italia y España ha demostrado que puede aumentar las frecuencias de los servicios, reducir las tarifas y hacer crecer el mercado. Sin embargo, los nuevos competidores enfrentan desafíos, como adquirir trenes compatibles con las normas del Túnel del Canal de la Mancha y encontrar caminos hacia estaciones concurridas. A pesar de estos desafíos, la competencia en el tren de alta velocidad es el futuro del ferrocarril de pasajeros en Europa. Europa aspira a duplicar el uso del tren de alta velocidad para 2030 y triplicar los niveles actuales para 2050. Para lograr estos objetivos, se necesita una expansión masiva de la red de alta velocidad. Abrir los ferrocarriles de alta velocidad existentes a nuevos operadores ayudará a crear nueva capacidad y atraer más pasajeros a través de nuevas rutas y menores costos. La Comunidad de Ferrocarriles Europeos (CER) insta a los países de la Unión Europea a invertir en trenes de alta velocidad para crear una red ferroviaria que conecte las principales ciudades, nodos urbanos y aeropuertos. Con trenes asequibles y cómodos, el ferrocarril se convertirá en el modo de transporte preferido, ofreciendo importantes beneficios socioeconómicos y de sostenibilidad.