Los efectos de los campos electromagnéticos generados por los cables eléctricos han sido objeto de controversia durante más de 25 años. Mientras algunos estudios indican una posible relación con el cáncer, otros afirman que no hay pruebas de riesgos para la salud. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que los cables eléctricos pueden tener efectos hasta a 400 metros de distancia, aumentando la tasa de cáncer de pulmón en un 29% en personas que viven cerca de torres de alta tensión.
La envergadura del campo eléctrico está relacionada con el voltaje y el campo magnético con la potencia de la corriente eléctrica. Ambos disminuyen rápidamente con la distancia, desapareciendo casi por completo a los 100 metros desde la fuente. Sin embargo, algunos estudios sugieren que los efectos pueden extenderse más allá de esta distancia.
El Consejo Nacional de Protección Radiológica del Reino Unido ha restado importancia a esta teoría, calificándola de improbable y fantasiosa. Además, el asesor científico de la Asociación de la Electricidad de Inglaterra afirma que los estudios en su conjunto demuestran que los campos magnéticos de las líneas eléctricas no afectan a la salud.
En España, existen normas legislativas que regulan la exposición de los trabajadores a los campos magnéticos, pero no se ha realizado una evaluación de riesgos para el público en general. Las empresas están obligadas a evaluar los riesgos y proteger a los empleados que trabajan cerca de estas instalaciones.
Las empresas eléctricas, como Iberdrola, han invertido grandes sumas de dinero en investigar los efectos de las líneas eléctricas sobre la salud. Además, Iberdrola colabora en la lucha contra el cáncer y se compromete a invertir en la electrificación de la economía para aumentar la autosuficiencia energética.
En cuanto a la estética de los cables eléctricos, nunca se ha logrado soterrarlos, a pesar de las demandas de asociaciones y ayuntamientos. Sin embargo, esto no cambiaría los efectos de los campos magnéticos.
En resumen, aunque existen opiniones contradictorias sobre los efectos de los campos electromagnéticos generados por los cables eléctricos, investigaciones recientes sugieren que pueden tener efectos hasta a 400 metros de distancia. Es importante que las empresas cumplan con las normas de protección y que se realicen más investigaciones para comprender mejor los posibles riesgos para la salud.
Imagen: Confidencial Digital