Los habitantes indígenas de la isla de Gardi Sugdub, en el Caribe de Panamá, se enfrentan a la difícil decisión de mudarse a tierra firme debido a los efectos de la crisis climática. El aumento del nivel del mar y el hacinamiento han llevado a unas 300 familias a trasladarse a la urbanización Nuevo Cartí, con el apoyo del Gobierno de Panamá. Sin embargo, algunos residentes, como Claudiano López, se resisten a abandonar la isla, a pesar de los problemas causados por la marea alta.
Para combatir las inundaciones, los habitantes han construido rellenos elevados con piedras y madera. A pesar de estos esfuerzos, el nivel del mar sigue subiendo, lo que obliga a ajustar constantemente estos rellenos. La sobrepoblación también ha sido un factor determinante en la decisión de mudarse, ya que la isla albergaba a 1.300 personas, con hasta cuatro generaciones viviendo bajo el mismo techo.
El cambio de vida no ha sido fácil para todos. Algunos, como el comerciante Brenes García, prefieren regresar a la isla debido a la falta de espacio y oportunidades económicas en la urbanización. Otros, como el pescador Herminio Reyes, temen perder su estilo de vida tradicional. Además, la falta de servicios básicos en Nuevo Cartí, como electricidad y agua, ha generado descontento entre los nuevos residentes.
El Gobierno de Panamá reconoce los desafíos y asegura que se están tomando medidas para mejorar la infraestructura y los servicios en la urbanización. Sin embargo, la comunidad indígena sigue enfrentando una encrucijada entre preservar su hogar ancestral y adaptarse a una nueva realidad impuesta por el cambio climático.
Imagen: CNN