El verano es una época en la que la salud digestiva puede verse comprometida por diversos factores. Uno de los mitos más comunes es la creencia de que hay que esperar dos horas después de comer para bañarse, por miedo a sufrir un corte de digestión. Sin embargo, este concepto es más complejo de lo que parece.
El aparato digestivo es fundamental para nuestro organismo, y durante el verano, puede enfrentar varios riesgos. Los cambios en la alimentación, como el aumento de alimentos grasos y la ingesta de alcohol, pueden provocar trastornos digestivos. Además, el calor puede causar deshidratación y afectar la digestión.
La doctora Dolores Gurrea, pediatra especializada en salud digestiva, aclara que el tiempo de espera para bañarse depende de varios factores, como el tipo de comida y la temperatura del agua. Un cambio brusco de temperatura puede interrumpir el proceso digestivo, pero no siempre es necesario esperar dos horas.
Es importante tener en cuenta que el corte de digestión puede ocurrir tanto en el agua como fuera de ella, especialmente si se realizan ejercicios intensos después de comer. Los síntomas pueden incluir mareos, náuseas y calambres, y en casos graves, un desvanecimiento.
Para evitar problemas digestivos en verano, se recomienda mantener una buena hidratación, optar por comidas ligeras y evitar excesos. Respetar los tiempos de digestión y realizar cambios de temperatura de forma gradual son claves para disfrutar del verano sin riesgos para la salud digestiva.
Imagen: EFE/Manuel Lorenzo