Con la llegada del verano, aumentan las horas de sol al día en España, uno de los países más soleados de Europa. Es común ver a personas con quemaduras solares en la piel. La protección es fundamental para evitar el enrojecimiento de la piel. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda evitar la exposición al sol entre las 11:00 y las 15:00 horas y protegerse con cremas, ropa y sombra.
Sin embargo, muchas personas creen que bajo la sombra no se quemarán. Esto es un error. La luz ultravioleta (UV) es la que representa un riesgo, no la luz visible. La tela o la ropa solo bloquea la radiación UV parcialmente, por lo que, aunque estemos bajo una sombrilla, podemos quemarnos. Las sombrillas pueden reducir el peligro de los rayos solares hasta en un 50%, pero la arena blanca de una playa puede reflejar hasta el 15% de la radiación UV.
Otra creencia errónea es que en los días nublados no es necesario aplicarse protección. Incluso en estos días, nos podemos quemar. Aproximadamente el 30% de la radiación UV llega a la superficie terrestre en jornadas de cielo cubierto. Es importante usar protectores solares adecuados, ya que el riesgo de desarrollar cáncer de piel aumenta con cada quemadura.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ofrece consejos prácticos para tomar el sol de forma segura: no permanecer mucho rato al sol, protegerse los días nublados, elegir un protector solar apropiado, usar prendas de ropa, sombreros y gafas de sol, y reaplicar el producto cada dos horas y después de cada baño. También es crucial extremar las precauciones en las partes del cuerpo más sensibles y evitar la exposición al sol de menores de tres años.
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