La alimentación saludable no solo depende de los ingredientes, sino también de la seguridad e higiene de los alimentos. Es fundamental asegurarse de que las frutas y verduras estén limpias antes de consumirlas. En este sentido, las manzanas son una de las frutas que más preocupan a los consumidores debido a los fitosanitarios y otros residuos que pueden contener.
Según un estudio de la UE, solo el 1,6% de las muestras analizadas presentaron residuos por encima de los niveles permitidos. Esto indica que, en general, las frutas son seguras para el consumo. Sin embargo, es recomendable lavarlas adecuadamente para eliminar cualquier suciedad o microorganismos.
La Escuela de Salud Pública de Harvard sugiere que las manzanas deben lavarse con agua corriente, sin jabones ni detergentes. Frotar la fruta con las manos limpias o usar un cepillo específico para hortalizas es suficiente. Si se desea, se puede utilizar una solución de bicarbonato sódico para una limpieza más profunda.
Para preparar esta solución, mezcla una cucharadita de bicarbonato en 500 ml de agua y sumerge la manzana durante 10-15 minutos. Luego, enjuágala bien y sécala con un paño limpio o papel de cocina. Es importante secar bien la fruta antes de almacenarla, ya que la humedad puede provocar moho.
En resumen, lavar las manzanas correctamente es esencial para disfrutar de sus beneficios nutricionales sin riesgos. Siguiendo estos consejos, podrás mantener una alimentación saludable y segura.
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