La ciudad italiana de Nápoles está rodeada por dos importantes estructuras volcánicas: el monte Vesubio al este y los Campos Flégreos al oeste. Estos últimos han generado creciente preocupación debido a su actividad sísmica reciente. El mes pasado, la región experimentó su mayor terremoto en cuatro décadas, con una magnitud de 4,2, y desde entonces se han registrado numerosos seísmos.
El Observatorio Vesuviano, dependiente del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV), ha informado de varios movimientos sísmicos y emisiones de gas desde el cráter Solfatara. Aunque no se prevé una erupción inminente, las autoridades han comenzado a inspeccionar edificios para prevenir problemas mayores.
En junio, expertos del INGV y la University College London publicaron un artículo en Nature Communications Earth & Environment, señalando la posibilidad de una erupción, la primera en casi 500 años. Analizaron cómo los sucesivos episodios sísmicos podrían corresponder a la ruptura de la corteza terrestre, aunque no se espera que ocurra a corto plazo.
Además de los terremotos, los Campos Flégreos se caracterizan por el bradisismo, un movimiento subterráneo lento que ha elevado el suelo de la caldera a una velocidad creciente desde 2004. La última erupción de este volcán ocurrió en 1538, y se han registrado 26 episodios eruptivos en los últimos 5.500 años.
Los Campos Flégreos forman la caldera volcánica activa más grande de Europa, con un diámetro de entre 12 y 14 kilómetros. Esta estructura se extiende por el noroeste del Golfo de Nápoles, cubriendo numerosas poblaciones en las afueras del área metropolitana de Nápoles, donde viven varios cientos de miles de personas.
Imagen: Agencia Espacial Europea
