El Parlamento Europeo ha aprobado aranceles que superan el 30% para los coches eléctricos chinos, lo que representa un gran obstáculo para su expansión en el mercado europeo. Volkswagen, que busca alianzas para fabricar vehículos eléctricos asequibles, ha expresado su preocupación por las repercusiones negativas que estos aranceles tendrán no solo en los fabricantes asiáticos, sino también en los europeos.
Modelos como el Dacia Spring y el Tesla Model 3, que se producen en China, podrían enfrentar dificultades para mantener sus precios actuales. Oliver Blume, CEO de Volkswagen, ha advertido sobre las posibles represalias de China, que podrían incluir aranceles a los coches europeos, afectando especialmente a los fabricantes alemanes de alta gama.
Blume sugiere que los fabricantes chinos que inviertan en Europa y creen empleos deberían ser exentos de estos aranceles. Sin embargo, la Comisión Europea parece decidida a seguir adelante con su plan. La votación fue apoyada por países como Italia, Polonia e Irlanda, mientras que Alemania, Hungría y otros se opusieron.
Ante esta situación, algunos fabricantes chinos, como Xpeng y BYD, están considerando establecer fábricas en Europa para evitar los altos aranceles. La clave será cuántos de ellos estén dispuestos a dar este paso. La industria automovilística europea se enfrenta a un futuro incierto, y las decisiones que se tomen en los próximos meses serán cruciales para su desarrollo.
Imagen: Volkswagen