Stripe ha confirmado la adquisición de Bridge por un valor de 1.100 millones de dólares, marcando un hito en el sector cripto. Esta operación es la más grande en la historia de las criptomonedas, lo que subraya la seriedad de Stripe en el ámbito de las stablecoins.
Desde su reinvención de las pasarelas de pago, Stripe se ha consolidado como la fintech más valorada del mundo. En 2022, la empresa comenzó a aceptar pagos con criptomonedas, y ahora, con esta adquisición, da un paso decisivo hacia el futuro de los servicios financieros. Patrick Collison, CEO de Stripe, ha afirmado que las stablecoins son “los superconductores a temperatura ambiente para los servicios financieros”.
Por su parte, Zach Abrams, CEO de Bridge, sostiene que las stablecoins serán fundamentales en los pagos regulados a nivel global. A pesar de que Bridge es una startup joven, fundada por ex-empleados de Coinbase, su crecimiento ha sido notable, logrando una valoración de 200 millones de dólares antes de esta compra.
Bridge ofrece una API que facilita a las empresas la aceptación de stablecoins, similar a lo que hizo Stripe con los pagos online. Este cambio en el sistema de pagos no solo es adoptado por pequeñas empresas, sino también por gigantes como Visa y MasterCard, que han reconocido las ventajas de las stablecoins para realizar transferencias más rápidas y económicas.
Stripe se está moviendo rápidamente en este nuevo panorama financiero, desafiando a la banca tradicional y posicionándose como un líder en el sector. La adquisición de Bridge es un claro indicativo de su compromiso con la modernización de los pagos y la adopción de tecnologías innovadoras en un momento en que la banca europea también comienza a considerar estas alternativas.
Imagen: Choong Deng Xiang