Apple se distingue por su forma única de entender la tecnología y esto se refleja en la forma en que trabajan sus empleados. Steve Jobs exigía la excelencia y la perseverancia en la búsqueda de la perfección. Aprendió a través de la repetición y la variación hasta encontrar la fórmula perfecta. Jobs también enseñó a sus empleados a aprender de los errores y transformarlos en oportunidades de aprendizaje. Además, Jobs les enseñó a no dejarse limitar por las convenciones establecidas y a ver las oportunidades en los obstáculos. Un ejemplo de esto fue la eliminación del teclado físico en el primer iPhone, lo que permitió abrir un mundo de posibilidades para la pantalla táctil. Estas lecciones han sido fundamentales para el éxito de Apple y han dejado una huella duradera en sus empleados.