La evolución no es un proceso lineal de mejoras continuas, sino una serie de cambios aleatorios que pueden ser beneficiosos o perjudiciales. Un nuevo estudio sugiere que el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) podría ser un vestigio de la evolución humana. Según esta hipótesis, algunos síntomas del TDAH, como la impulsividad y la inquietud, habrían sido ventajosos en las sociedades de cazadores-recolectores. Estos rasgos habrían optimizado las estrategias de recolección de alimentos, explicando la prevalencia actual del trastorno y su carácter hereditario.
El estudio se basó en un experimento con medio millar de participantes, quienes jugaron a un juego virtual de recolección de alimentos. Los participantes con síntomas de TDAH tendían a cambiar de arbusto más frecuentemente y eran más eficaces en la recolección. Estos resultados, publicados en la revista Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences, apoyan la idea de que el TDAH podría haber sido una ventaja evolutiva.
Otros estudios también han explorado la relación entre la genética del TDAH y nuestra supervivencia como especie. Si la impulsividad fuera realmente negativa, la evolución habría eliminado este rasgo. Sin embargo, en un mundo moderno lleno de estímulos, estos rasgos pueden ser más una desventaja que una ayuda.
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