La temporada de huracanes de 2024 promete ser excepcionalmente activa. Según el servicio meteorológico de la NOAA estadounidense, hay un 85% de probabilidades de que la actividad del Atlántico norte esté por encima de la media. Esto significa que podríamos ver entre cuatro y siete huracanes mayores de aquí al 30 de noviembre.
El aumento en la cantidad de tormentas es tan significativo que es probable que nos quedemos sin nombres para ellas. Desde los años 50, se utilizan nombres cortos para evitar confusiones y agilizar las comunicaciones. Las tormentas tropicales reciben nombres cuando sus vientos alcanzan los 62 km/h, y se clasifican como huracanes al llegar a los 120 km/h.
La Oficina Meteorológica Mundial (OMM) ya ha publicado los 21 nombres que recibirán las tormentas tropicales de la cuenca atlántica este año. Sin embargo, se espera que haya más tormentas que nombres disponibles. En 2020, se agotaron los nombres y se recurrió al alfabeto griego para nombrar las tormentas adicionales.
El fenómeno de La Niña y las altas temperaturas del Atlántico son factores clave que favorecen la formación de huracanes. Aunque los investigadores siguen debatiendo sobre los mecanismos detrás de estos fenómenos, es razonable esperar un aumento en la cantidad y la intensidad de las tormentas tropicales.
El sistema actual de nombrar tormentas y la escala Saffir-Simpson, que mide la intensidad de los huracanes, están quedándose desfasados. A medida que el Atlántico norte enfrenta condiciones cada vez más extremas, es probable que necesitemos actualizar estos sistemas para adaptarnos a los nuevos tiempos.
Imagen: NOAA