Según la Ley General Tributaria, debes guardar la declaración de la renta durante 4 años. Este plazo comienza a contar desde el final del periodo voluntario de presentación. Si recibes un requerimiento de Hacienda, el plazo puede paralizarse. Además, también debes conservar las facturas durante 4 años, según la misma ley. La conservación de los documentos puede ser en papel o formato electrónico, siempre garantizando la autenticidad, integridad y legibilidad. Es importante cumplir con esta obligación para evitar problemas con la Administración.
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