La violencia juvenil en algunas zonas de Francia se ha convertido en un problema alarmante. Robos, agresiones y hasta homicidios son solo algunos de los delitos que se están cometiendo en ciudades y áreas específicas. Ante esta situación, algunas localidades han decidido implementar el toque de queda para los menores.
Un caso destacado es el de Cagnes-sur-Mer, una ciudad que ha mantenido el toque de queda desde 2004. Durante 20 años, los menores de 13 años no pueden salir sin la compañía de un adulto desde las 23:00 hasta las 6:00. El alcalde, Louis Nègre, considera que esta medida ha sido efectiva, ya que desde 2010 no se ha detenido a ningún adolescente por infringir el toque de queda. Además, afirma que su ciudad es la más segura de Francia y advierte que los padres podrían enfrentar consecuencias legales si se encuentra a un menor fuera de casa durante esas horas.
Otra ciudad que ha implementado el toque de queda es Pointe-à-Pitre, en Guadalupe. La prensa local ha informado sobre varios casos de violencia, incluyendo homicidios y robos a mano armada. Ante esta situación, el Ministro del Interior ha decretado el toque de queda para los menores de 18 años desde las 20:00. El alcalde, Harry Durimel, ha recibido esta medida con satisfacción, ya que había denunciado la saturación del cuerpo policial y amenazado con renunciar para proteger su salud.
Además de estas ciudades, otras localidades francesas están considerando implementar el toque de queda. Por ejemplo, Robert Ménard, alcalde de Béziers y cercano a la extrema derecha, ha decretado el toque de queda para los menores de 13 años de 23:00 a 6:00. Christian Estrosi, alcalde de Niza, también tiene planes de implementar esta medida, al igual que Compiègne y Perpiñán.
Además del toque de queda, el Ministerio del Interior ha anunciado una «operación de limpieza» contra las drogas y armas en Guadalupe. El objetivo es restablecer la seguridad en la región, siguiendo el ejemplo de otras ciudades donde esta estrategia ha funcionado para reducir la delincuencia.
En resumen, el problema de la violencia juvenil en Francia ha llevado a varias ciudades a implementar el toque de queda para los menores. Cagnes-sur-Mer ha mantenido esta medida durante 20 años, mientras que Pointe-à-Pitre ha decretado el toque de queda debido a un aumento alarmante de la violencia. Otras localidades también están considerando esta medida para abordar la delincuencia. Además, se están llevando a cabo operaciones para combatir las drogas y armas en Guadalupe. Estas medidas extremas son una respuesta a una situación desesperada y se espera que ayuden a restablecer la seguridad en estas áreas.