El uso del teléfono móvil en el ámbito laboral ha generado un debate sobre su utilidad y posibles distracciones. Recientemente, la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Canarias confirmó la legitimidad de una sanción impuesta a una vigilante de seguridad del aeropuerto de Tenerife por utilizar su móvil en el puesto de trabajo. La trabajadora fue sancionada con una suspensión de empleo y sueldo durante 30 días por utilizar el dispositivo durante 30 minutos. Aunque la afectada alegó defectos formales en la sanción, el tribunal consideró que no se puede prohibir absolutamente el uso del móvil y que su uso esporádico puede afectar al cumplimiento de las obligaciones laborales. Además, la empresa ya había comunicado previamente a los empleados la prohibición de utilizar el móvil en el trabajo. Aunque se demostró que los sensores de detección de movimiento de la barrera no funcionaban, el tribunal consideró que si la trabajadora hubiera estado atenta, habría evitado el acceso no autorizado.
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