La iluminación de los coches es esencial para la seguridad vial, pero su uso incorrecto puede resultar en multas. Las luces largas deben usarse fuera de poblado y solo para advertir de peligros inminentes. Dar ráfagas a otros coches está prohibido y conlleva una multa de 80 euros. Además, las luces largas deben apagarse si pueden deslumbrar a otros conductores, con una multa de hasta 200 euros.
Otras luces importantes son las de cruce, que deben usarse al atardecer, durante la noche y en condiciones de poca visibilidad. No llevarlas encendidas puede resultar en una multa de 200 euros. Las luces antiniebla delanteras se usan en situaciones de niebla intensa o lluvia fuerte, mientras que las traseras se usan cuando la visibilidad es inferior a 50 metros. Estas últimas son recomendadas pero no obligatorias.
Si se estaciona en una zona con poca iluminación, es obligatorio usar las luces de posición o estacionamiento. Estas luces emiten una luz blanca o amarilla en la parte delantera y una luz roja en la parte trasera. Algunos coches también tienen luces de posición en los laterales. Por último, algunas luces diurnas se encienden automáticamente al arrancar el coche para aumentar la visibilidad durante el día, pero no reemplazan el uso de las luces de cruce cuando son obligatorias.
En resumen, el uso correcto de las luces del coche es fundamental para la seguridad vial. Las luces largas deben usarse adecuadamente y no dar ráfagas a otros coches, lo cual está prohibido y conlleva una multa. Las luces de cruce, antiniebla, posición y diurnas deben usarse según las condiciones de visibilidad y las normas de tráfico. No cumplir con estas normas puede resultar en multas económicas significativas.
Imagen: infobae