Una tormenta solar extrema ha causado la aparición de auroras en latitudes bajas, como Canarias o Puerto Rico, así como en Australia, Nueva Zelanda, Argentina y Chile. Esta tormenta solar, categorizada inicialmente como severa, alcanzó niveles extremos según la agencia meteorológica de Estados Unidos.
Una tormenta solar extrema puede interrumpir las comunicaciones de radio, la señal GPS y causar daños en satélites y transformadores eléctricos. Sin embargo, los satélites Starlink de SpaceX y los astronautas de la Estación Espacial Internacional y la Estación Espacial China han resistido los efectos de la tormenta.
La última vez que una tormenta solar extrema afectó a la Tierra fue en octubre de 2003, causando apagones en Suecia y Sudáfrica. Sin embargo, los astrónomos comparan esta tormenta con otra más intensa ocurrida en 1989. La tormenta actual tiene su origen en una serie de eyecciones de masa coronal provenientes de una enorme mancha solar 17 veces más ancha que la Tierra.
Las auroras son emisiones de luz en la atmósfera terrestre que se producen cuando el campo magnético de la Tierra interactúa con las tormentas solares. Las auroras se pueden ver a mayor altura y las que se han observado recientemente se produjeron en las capas más altas de la atmósfera, por encima de los 200 km de altitud. Los átomos de oxígeno en estas capas producen una débil luz de colores rojizos.
Este evento de auroras rojas en medio mundo es muy raro y se ha comparado con el evento Carrington de 1859, que no solo destruyó el telégrafo, sino que también tiñó los cielos de rojo hasta el sur del Caribe.
Imagen: NOAA, Parc Astronòmic Prades