Un equipo de investigadores ha diseñado un interruptor capaz de regular la acción de los genes involucrados en la terapia génica, solucionando el problema de la ventana terapéutica. Este mecanismo utiliza el ARN como mecanismo de regulación, evitando la reacción del sistema inmune. Se utiliza una proteína conocida, la tetraciclina, como llave de activación del interruptor. Gracias a este mecanismo, se puede controlar la dosis terapéutica de la terapia génica de manera precisa y ajustarla a las necesidades del paciente. Este avance supone un paso importante hacia terapias génicas más seguras y eficaces.
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