Toyota ha adoptado un enfoque cauteloso en la electrificación, manteniendo los motores de combustión y priorizando los híbridos. Según Gill Pratt, científico jefe de la marca, el verdadero enemigo son las emisiones de carbono, no los motores de combustión. La compañía busca un equilibrio entre tecnologías, permitiendo que los vehículos eléctricos coexistan con los que funcionan con e-fuels e hidrógeno.
A pesar de la creciente demanda de coches eléctricos, las cifras de ventas han mostrado un enfriamiento en mercados clave como EEUU, Europa y China. En este contexto, Toyota se ha mantenido firme en su estrategia, priorizando modelos híbridos como el nuevo Prius y el Corolla Cross Hybrid.
Pratt también ha abordado la preocupación por el litio, advirtiendo sobre un posible desbalance entre oferta y demanda para 2026-2027. Propuso la regla 1:6:90, que sugiere que un vehículo eléctrico de batería utiliza la misma cantidad de materiales que seis híbridos enchufables o 90 híbridos no enchufables. Esto implica que, aunque los híbridos no reduzcan las emisiones tanto como los eléctricos, pueden ser más efectivos en términos de reducción de CO₂.
En cuanto a la vida útil de las baterías, Pratt destacó que depende del uso y la carga, siendo las recargas lentas en casa las más beneficiosas. También mencionó que es prematuro decidir sobre la viabilidad de los motores de combustión que funcionan con hidrógeno en Europa, aunque en Estados Unidos se consideran vehículos de emisiones cero.
Imagen: Motorpasión