Toledo se prepara para implementar la primera comunidad energética en su casco histórico, un proyecto innovador que busca aprovechar la energía solar sin comprometer la estética de la ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad. Esta iniciativa ha generado un gran interés, recibiendo 60 solicitudes de conventos, particulares y empresas que desean participar.
El Ayuntamiento ha decidido que los paneles solares no se instalarán en el casco histórico, debido a las restricciones de conservación. En su lugar, se han evaluado cinco ubicaciones a menos de dos kilómetros del centro, donde se colocarán los paneles en edificios municipales. La energía generada se distribuirá a través del tendido eléctrico, permitiendo a los miembros de la comunidad beneficiarse de un ahorro en sus facturas de luz.
La comunidad energética tendrá una capacidad de producción de 100 kW, distribuyéndose entre los residentes, que recibirán 5,5 kW, y las empresas y conventos, que podrán acceder a un máximo de 7,5 kW. Además, un 10% de la energía generada se destinará a edificios institucionales.
En caso de que un miembro decida abandonar la comunidad, se seguirán los estatutos específicos, que podrían incluir la devolución de la inversión o la búsqueda de un nuevo integrante. Este modelo de comunidad energética se alinea con la tendencia creciente en España, donde ya existen 516 comunidades similares, promoviendo un futuro más sostenible y autónomo en el ámbito energético.
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