Israel ha intensificado las tensiones en Oriente Medio al atacar objetivos de Hezbolá en el sur del Líbano. A pesar de esta escalada, los mercados energéticos han mostrado una sorprendente indiferencia. Esta reacción es notable, dado que la región es responsable de un tercio del suministro mundial de petróleo. Sin embargo, los precios del crudo apenas experimentaron un ligero aumento. Los futuros del Brent subieron un 0,17%, alcanzando los 71,82 dólares por barril, mientras que los futuros de West Texas aumentaron un 0,19%, situándose en 68,32 dólares por barril.
Este leve incremento se produce tras un descenso significativo en el tercer trimestre del año, donde el Brent cayó un 17% y el West Texas un 16%. La razón principal detrás de esta tendencia es la ralentización del crecimiento de la demanda de crudo, especialmente en China, el mayor importador de petróleo del mundo. La economía china enfrenta múltiples desafíos, incluyendo una crisis inmobiliaria y un alto desempleo juvenil, lo que ha llevado a un sentimiento bajista en el mercado.
Recientemente, Pekín anunció un paquete de estímulos económicos, pero los analistas consideran que estas medidas son insuficientes para revertir la situación. Arabia Saudí, el mayor exportador de crudo, ha cambiado su enfoque, abandonando su objetivo de alcanzar un precio de 100 dólares por barril y optando por aumentar la producción para ganar cuota de mercado. Este cambio de estrategia marca un giro significativo en la política de la OPEP.
A pesar de las presiones bajistas, la incertidumbre geopolítica en Oriente Medio podría alterar rápidamente la situación. Estados Unidos también podría influir en los mercados, ya que los inventarios de crudo han caído a su nivel más bajo en dos años y medio. Aunque la demanda de petróleo en China sigue siendo una preocupación, la reducción de reservas en EE. UU. sugiere que la demanda en la mayor economía del mundo está mejorando, lo que podría ser positivo para los precios del crudo.
Imagen: Business Insider