El síndrome de fermentación intestinal, también conocido como síndrome de la autocervecería, es una condición rara en la que el cuerpo produce alcohol de manera endógena. Este fenómeno ocurre cuando ciertas levaduras y bacterias en el intestino fermentan los azúcares ingeridos, generando etanol. Aunque todos producimos pequeñas cantidades de etanol durante la digestión, en personas con este síndrome, los niveles pueden ser peligrosamente altos.
Un caso notable es el de un conductor belga que, a pesar de dar positivo en múltiples pruebas de alcoholemia, insistía en no haber bebido. Años después, fue exculpado cuando tres médicos independientes confirmaron que sufría de este raro síndrome. La proliferación de levaduras como Candida y Saccharomyces, y bacterias como Klebsiella pneumonia y Enterococcus faecium, puede desencadenar esta condición.
Una dieta rica en carbohidratos y azúcares, así como el uso de antibióticos, pueden alterar la microbiota intestinal y favorecer la fermentación excesiva. Esto resulta en la producción interna de alcohol, que es absorbido en el intestino delgado y pasa a la sangre, causando síntomas de intoxicación sin consumo de alcohol. Las personas afectadas pueden experimentar mareos, fatiga, dificultad para hablar y, en casos extremos, desmayos.
El síndrome de fermentación intestinal está asociado con condiciones como diabetes, obesidad y enfermedad de Crohn. Es crucial que los afectados reciban un diagnóstico adecuado para evitar malentendidos legales y de salud.
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