Simone Biles ha recuperado su lugar en el trono olímpico de la gimnasia artística en París. La gimnasta estadounidense, que llegó a la cita parisina con una lesión en la pantorrilla izquierda, demostró su grandeza al conseguir su octava medalla olímpica y su quinto oro. Su actuación estelar estuvo llena de piruetas y máxima precisión, recordando a todos por qué es la gimnasta más ganadora de todos los tiempos, con un total de 38 medallas entre Juegos Olímpicos y Mundiales.
Biles, quien ha sido abanderada de la lucha por la salud mental de los deportistas, había enfrentado una crisis en Tokio 2020 que la llevó a alejarse de los gimnasios durante dos años. Sin embargo, en París, demostró su capacidad para superar la presión y clavar un ejercicio perfecto cuando más lo necesitaba su equipo para alcanzar el oro.
La competencia fue intensa, especialmente después de las actuaciones de Hezly Rivera, Jordan Chiles, Sunisa Lee y Jade Carey, que habían puesto el oro en manos de Italia. Todo dependía de Biles y de su habilidad para plasmar su talento en la arena de París. La respuesta fue un oro sin discusión, con una sonrisa de oreja a oreja entre saltos imposibles y piruetas.
Imagen: EFE