Shaken es el nombre de la inspección de vehículos en Japón, un proceso que se realiza cada dos o tres años. Este sistema, aunque necesario, se ha convertido en un verdadero desafío económico para los propietarios de coches. Los costes de esta inspección son elevados, lo que lleva a muchos a vender sus vehículos antes de enfrentar el próximo Shaken.
La situación ha creado un mercado de segunda mano muy dinámico, donde coches relativamente nuevos, de tres a cinco años, son exportados a países con regulaciones menos estrictas. Esto no solo beneficia a los propietarios japoneses, sino que también mantiene una alta demanda de coches nuevos en el país.
Los Emiratos Árabes Unidos han sabido aprovechar esta situación, convirtiéndose en un importante destino para los coches japoneses. Muchos de estos vehículos terminan en el país como repuestos o chatarra, y su durabilidad y calidad son altamente valoradas. En 2023, los EAU se consolidaron como uno de los principales actores en el mercado de exportación de coches, ocupando la posición número 20 a nivel global.
La infraestructura y las políticas fiscales atractivas de los Emiratos han permitido que su mercado automotriz florezca, convirtiéndose en un punto clave para la exportación de vehículos a Europa, Asia y África. Así, la cadena de coches que comienza en Japón termina en Dubai, en un ciclo sorprendente que refleja la interconexión del comercio global.
Imagen: RawPixel, Diego Delso