Vender una casa recién comprada en España es posible y legal. Sin embargo, hay varios aspectos a considerar antes de tomar esta decisión. La legislación española no establece un plazo mínimo para vender una propiedad tras su compra. Esto significa que puedes ponerla a la venta en cualquier momento.
No obstante, desde el punto de vista fiscal, es importante tener en cuenta que si decides vender tu vivienda en menos de un año desde su adquisición, podrías enfrentarte a impuestos más elevados. La ganancia generada se considera una ganancia patrimonial y está sujeta al impuesto sobre la renta. Por lo tanto, se recomienda esperar al menos un año para beneficiarte de una tributación más favorable.
Además, es crucial revisar el contrato de compraventa, ya que algunos contratos pueden incluir cláusulas que obligan a esperar un periodo determinado antes de la venta. Para vender un inmueble el mismo año en que lo compraste, debes cumplir con ciertos requisitos legales y administrativos.
Primero, asegúrate de que la propiedad esté registrada a tu nombre en el Registro de la Propiedad. En caso de haber adquirido la vivienda mediante hipoteca, el banco podría figurar como titular hasta que se salde completamente la hipoteca.
También es necesario liquidar los impuestos vinculados a la venta, como el Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana (plusvalía municipal) y, si se trata de una vivienda de segunda mano, el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP).
Si compraste la casa con financiamiento hipotecario, es imperativo saldar cualquier deuda pendiente con el banco antes de proceder con la venta. Esto incluye el capital, los intereses y posibles comisiones.
Finalmente, deberás redactar un contrato de compraventa que establezca los términos y condiciones de la transacción, así como recopilar toda la documentación pertinente a la vivienda, como el certificado energético, la cédula de habitabilidad y los recibos de suministros.
Imagen: Business Insider