Los países bálticos se enfrentan a una nueva amenaza tras la publicación de una iniciativa del Ministerio de Defensa ruso para redefinir las coordenadas geográficas de las líneas fronterizas en el mar Báltico. Este proyecto, que busca ampliar las fronteras marítimas rusas, se justifica por la inexactitud de las coordenadas actuales, fijadas en 1985 durante la época soviética.
Rusia planea ajustar las coordenadas geográficas que definen las líneas de base para medir la anchura de su mar territorial. Esto permitirá establecer un sistema de líneas de base rectas en la parte sur de las islas rusas en el Golfo de Finlandia y en la zona de Baltiysk y Zelenogradsk. El objetivo es utilizar estas áreas como aguas marinas interiores de la Federación de Rusia.
El Ministerio de Defensa ruso se refiere específicamente a una zona marítima al sur de las islas rusas en el Golfo de Finlandia y a la frontera con Lituania, incluyendo la lengua de Curlandia y las zonas del cabo Tarán. La iniciativa ha sido calificada como una «provocación deliberada» por el Ministerio de Relaciones Exteriores lituano, que ha convocado al comisionado ruso para una explicación detallada.
Finlandia ha adoptado una postura más cautelosa, esperando verificar la información antes de reaccionar. Por otro lado, el jefe del ejército sueco, Micael Bydén, ha advertido sobre las ambiciones de Moscú en el Mar Báltico, especialmente en relación con la isla sueca de Gotland.
Desde el inicio de la guerra de Ucrania, se han especulado sobre un posible plan de ataque ruso-bielorruso contra los estados bálticos. La brecha de Suwalki, la única conexión terrestre entre los miembros bálticos de la UE y la OTAN, se considera un punto vulnerable.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha afirmado que el asunto «carece de trasfondo político» y que el proyecto de ley no trata sobre la expansión del territorio ruso. Sin embargo, reconoció que el cambio de fronteras podría conllevar un cambio «serio» en la situación política de la zona, atribuyendo el aumento de la tensión a la «ola expansionista de la OTAN».
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