Rusia asegura que su principal motor económico, el petróleo, no solo se mantendrá, sino que crecerá en demanda hasta 2050. El ministerio de Energía ruso estima que la producción alcanzará los 540 millones de toneladas anuales para 2030, un aumento respecto a los 531 millones de 2023. A pesar de las sanciones occidentales y los problemas de Gazprom, el viceministro de Energía, Pavel Sorokin, se muestra optimista sobre un crecimiento de la demanda de entre el 4,5% y el 5,5% en la próxima década.
La OPEP respalda esta visión, afirmando que no habrá problemas significativos con la demanda ni con los precios del petróleo, a menos que surjan conflictos geopolíticos, como el cierre del estrecho de Ormuz por parte de Irán. Este estrecho es crucial, ya que por él circula el 20% de la producción mundial de petróleo.
Por otro lado, la Agencia Internacional de la Energía advierte sobre una posible sobreproducción de petróleo sin precedentes para 2030, con un excedente proyectado de 8 millones de barriles diarios. A pesar de los esfuerzos globales hacia la neutralidad de carbono y la creciente adopción de vehículos eléctricos, los productores de petróleo siguen invirtiendo en aumentar su capacidad de extracción. La flota de buques fantasma rusa, que elude sanciones, también se encuentra en buena forma.
Imagen: Gazprom